sábado, 16 de mayo de 2009

Sueño.

Cerrar los ojos y dormir.

Sólo quedan 49 días.

Regresé porque había que regresar, porque era necesario, porque esto de complicarme la vida se ha vuelto un hábito. Regresé por costumbre, porque sí. Porque no había otro camino. Porque lo decidí... porque después de todo ahí estaba y ahí había que terminar. Por miedo, por amor, por compromiso, porque aún conservo las "tercas esperanzas" de que esto sea algo más que 49 días... de que sea un proyecto de vida, de ciudad, de un mundo distinto.

Volver pero no al punto de partida. Volver pero no a comenzar. Bueno, a veces sí. Pero es sólo por momentos. Al final para regresar a donde estás tengo siempre que retroceder. Te veo. Igual. Sólo más máscaras encima. Más historias gastadas. Vacío, el mismo de siempre.