viernes, 31 de julio de 2009

La Magia


Llegó la magia: vino con el agua. Y desde entonces no se ha ido, ha permanecido aquí, quieta. A pesar de los agujeros y los elefantes.


Llegó la magia: vino con el viento y las estrellas y las sonrisas.


No le gustan los elefantes pero los soporta: son muy grandes. Tampoco le agrada su memoria, todo recuerdan (seguro por eso son tan pesados). Ella dice que es mejor no recordar y olvidar y seguir: ligera.


Yo creo que tiene razón.


Nunca contesta mis preguntas. No hago las preguntas correctas, nunca las he hecho. Por eso me lleno de respuestas sin sentido, pesadas y abrumadoras. Dijo que debo de aprender a no preguntar y a sentir, y a vivir y a estar. Sólo estar. "No hay nada de malo con eso".


A veces se esconde. Dice que me esperará afuera del laberinto, que le dan miedo y no me acompañará hasta allá. Se sienta a esperar, nos ve con compasión, y lástima y coraje. No le gustan los laberintos: esos agujeros negros. Se sienta y observa y se ríe y espera; sobre todo eso: espera a que pase, a que salga medio aturdida. Entonces me abraza y dice que todo estará bien, pero que tengo que aprender a alejarme de ellos. "Tienes que aprender a respirar".


Le gusta estar y pasear, le gustan los libros y los helados.

lunes, 27 de julio de 2009

Escribir una entrada


Siempre he querido escribir una entrada larga, como esas que saben escribir Beto o Roque. O una corta e inquietante como las de Dayana. Siempre he admirado su destreza al escribir, la profundidad y claridad de las palabras.


A mí me da por escribir casi siempre de lo mismo, con lo mismo....