domingo, 28 de septiembre de 2008

Ansiedad...



El tiempo que se detiene: impasible
El tiempo que se va demasiado rápido: implacable
Las horas que se acumulan, se suman, se restan, se multiplican, se pudren

No existen. No son nada. No pueden tocarme, no significan nada.
Ni las cosas, ni los nombres, ni las palabras son ciertas...

Siento mis pasos aproximarse al vacío, y caigo... otra vez.
Dejo de estar y de ser. Se cae en el silencio más profundo. Cierro los ojos.
Espero que cuando abra los ojos hayas huido a un mundo lejano, junto con todas tus manías, tus incertidumbres, tus demonios.
Amanece. Nada es y se siente bien. Pero tú... sigues ahí: acabado, derrotado.

domingo, 21 de septiembre de 2008


"Hasta ahora he viajado en sentido opuesto al del sol; en adelante, voy a viajar en dos direcciones, como sol y como luna"


Henry Miller.

jueves, 18 de septiembre de 2008

¡Viva México!




“Me duele mi país. Me duele hasta las raíces más profundas que me habitan”. Aline Petterson escribió estas líneas hace ya dos años. Aunque quizá la razón sea distinta, el clamor es el mismo: “me duele mi país, me duele hasta las raíces más profundas que me habitan”. Me duele verlo sumido en la violencia, en la corrupción, en la pobreza, pero sobre todo, en la indiferencia. En la indiferencia del gobierno, o mejor dicho, desgobierno, hipócrita; en la indiferencia de los partidos políticos mucho más interesados en las elecciones del año próximo; en la indiferencia de una clase empresarial egoísta e ignorante; pero sobre todo en la indiferencia de una sociedad que aun no alcanza, que no alcanzamos a despertar.

La noche del lunes 15 de septiembre todos salimos a gritar ¡Viva México! Sí, que viva México. ¡Viva México! y el Presidente Constitucional del país anuncia un incremento del 39% en los rubros de seguridad y justicia; ¡Viva México! y dos granadas explotan en la plaza principal de Morelia, hay cientos de heridos y 7 muertos; ¡Viva México! y todos regresamos a nuestras casas; ¡Viva México! y Felipe Calderón nos pide unirnos a una guerra imaginaria, que empezó solo y por la que todos estamos pagando; ¡Viva México! y la violencia sigue creciendo; ¡Viva México y el 50% de su población vive en pobreza y 15% en el umbral de extrema pobreza!; ¡Viva México! y se vive, se siente venir la política del miedo, el gobierno tendrá una excusa para usar su derecho a la fuerza; ¡Viva México! y se piensa en militarización… Se abre un hueco en el estomago. Me duele mi país.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

El cargador de Roque...


En estos tiempos la información, las personas y las cosas transitamos no sólo velozmente, sino por caminos inusitados. De repente, las cosas se olvidan, los objetos pasan de unas manos a otras, y los nombres se confunden. En este intrincado y complejo sistema no es fácil sobrevivir, bueno... ya ni siquiera tener el control sobre nuestras pertenencias.



Roque olvidó en el salón 2210 su mochila con el cargador de su adoradísima, intocable, pura, casta Mac. Alicia la vió y la llevó a Profesional 4. En menos de dos horas ya había recorrido tres pisos y un pasillo entero. El cargador se encontraba ahora bajo llave.



Como la información tiende a viajar a una velocidad impresionante, Roque se enteró ese mismo día del paradero de Mac. Sin embargo, habría que esperar a la mañana siguiente porque Profesional 4 ya había sido abandonado por todo el personal (las reformas laborales han traído ventajas a algunos miembros del sistema quienes pueden retirarse a sus casas a una hora decente). No tendría que haber problemas, a la mañana siguiente Roque podría recuperar su computadora.



El destino es cruel. Sí, porque a la mañana siguiente Mac había desaparecido. La encargada, esta vez del turno matutino, no sabía nada de la mochila ni del cargador. Tendría que esperar, otra vez, al turno de la tarde. El turno vespertino saluda con familiaridad y con confianza dice que -sí- que la mochila está justo...ya no estaba. Habría que establecer comunicación con el turno matutino para averigüar qué había sucedido.



Sí, esperar una vez más... otro día. Mientras tanto... no queda otro remedio que andar mendigando cargadores, exprimiendo cada segundo de energía. A la mañana siguiente, el turno matutino reaccionó y se dio cuenta de que la mochila tenía un letrero -IMAGEN Y RELACIONES PÚBLICAS- (el nombre de la clase donde quedó olvidada). Pero esque los criterios de eficiencia, eficacia y las ganas de obtener el título de -EMPLEADO DEL MES- hicieron que el turno matutino utilizara su "sentido común" y enviara la mochila al departamento de Imagen y Relaciones Públicas: sí a un piso y dos pasillos de distancia. "Lety tiene la mochila".

"Lety no vino hoy".

domingo, 7 de septiembre de 2008

Voces

"-!Ay, ay¡- dijo Gertrudis, en si y en sol- ¿Qué nos importa llegar tarde? ¿Podemos hablar? Si, naturalmente: podemos hablar. La confianza y la comprensión. Pero si podemos hablar ya no me interesa. Si yo puedo decirlo todo, todo no tiene otro destino que tu inteligencia. Si yo hablo y tú comprendes todo, no vas a entender lo que yo quisiera que entendieras. Para que me entendieras, realmente, tendrías que estar tan enfurecido, que te sería imposible entenderme."
Onetti, La Vida Breve

Es imposible entender algunas cosas con la cabeza fría. Resulta inútil tratar de comprender razones cuando no las existen. Porque somos más que cabeza, porque también somos tercos, irracionales, cursis, melodramáticos... hay voces que sólo se escuchan desde la desesperación.

martes, 2 de septiembre de 2008

La Insoportable Levedad del Ser




"¿Qué buscaba en ellas? ¿Qué era lo que le llevaba hacia ellas? ¿No es el acto amoroso la eterna repetición de lo mismo?
No. Siempre queda un pequeño inimaginable. El carácter del -yo- se esconde precisamente en lo que hay de inimaginable en el hombre. Sólo somos capaces de imaginarnos lo que es igual en otras personas, lo general. El -yo- individual es aquello que se diferencia de lo general, o sea, lo que no puede ser adivinado ni calculado de antemano, lo que en el otro es necesario descubrir, desvelar, conquistar.
Si se pudiera expresar con números, hay entre ellos una millonésima de diferencia y novecientas noventa y nueve mil novecientas noventa y nueve millonésimas de similitud. Tomás está poseído por el deseo de apoderarse de esa millonésima diferencial que distingue a una mujer de las demás mujeres.
Por supuesto, podemos preguntarnos por qué buscaba esa millonésima diferencial precisamente en el sexo. ¿Es que no podía encontrarla, por ejemplo en la forma de andar, en los placeres culinarios o en las preferencias artísticas de tal o cual mujer?
Por supuesto, la millonésima diferencial está presente en todos los campos de la vida humana, sólo que en todos los demás está al alcance del público, no es necesario descubrirla, no hace falta el escapelo. El que una mujer prefiera el queso a las tartas y no soporte la coliflor, es también síntoma de originalidad, pero esa originalidad nos convence inmediatamente de que es superflua, inútil, y de que no tiene sentido dedicarle nuestra atención ni a buscar en ella valor alguno. Únicamente en la sexualidad la millonésima diferencial aparece como algo extraordinario, porque no está al alcance del público y es necesario conquistarla".
Milan Kundera