Hace tiempo que no escribo: esque hace tiempo que no me pregunto, que no me cuestiono.
Dudas, incertidumbres, inseguridad (como si el ambiente del país se hubiera metido dentro, muy dentro). Pero sobre todo eso: miedo.
No soy eso que pensé ¿o sí ? Quizá sea eso: no quiero tomar las decisiones que me hacen ser quien soy (quien quiero ser, quien creo que soy). Incongruencia, contradicción. Pero esque son parte de mí.
Camino sin camino. Avanzo retrocediendo y guardo silencio a gritos. Desesperación... insatisfacción, angustia. Abro los ojos. Otro día. Hay un sueño pero nosé si me pertenece. Actuar, transformar, mejorar , hacer una diferencia. ¿En el mundo? Demasido pedir.
Nunca es suficiente. Siempre se pudo haber escrito mejor. Se pudo haber dicho con más lógica. Se pudo haber analizado con más profundidad. Conocer más, saber más. Esforzarse más. Hacer más y mejor... y de paso rápido. No, nunca es suficiente...¿Para quién? ¿Para él? No, para él nunca es suficiente. Pero para mí tampoco. Estamos a mano: le dejo la tarea de torturarme y desalentarme, de criticarme. Si él no lo hace, lo haré yo. ¿El aplauso? No. No me sirve.
Quiero calma. Un día entero caminando por Chapultepec. Muchos libros que leer y tiempo para hacerlo. Mirar las estrellas y no correr. Ignorar, asesinar, pulverizar el tiempo y los compromisos. No tener que pensar en ser más inteligente, o más buena, o más comprensiva, o más tolerante, o en faltar menos a clases. Dejar a mis demonios pasearse a mi lado, a mis ángeles también, pero sólo si prometen portarse mal.
Y crecer, y madurar. Y desarrollarse profesionalmente. Tener éxito. No venderme. No retroceder y luchar. y creer que soy valiente y que al final todo estará bien.
¿Para qué?
Para creer que vale la pena lavarme la cara en las mañanas.