domingo, 17 de agosto de 2008

Felicidad


"La felicidad es no sentir el vacío que crece"
Arturo Accio
¿Entonces la felicidad es ignorar el inevitable, abrumador vacío que cada día nos consume, nos convierte, nos transforma?
Quizá el ser conscientes del vacío sea el primer paso para comenzar a llenarlo. Sabremos, por ejemplo, que hemos sido engañados por todas esas canciones de pop, literatura de Paulo Coehlo, y filosofía de "higiene mental". Nunca llenan el vacío, son sólo un tapón; es decir: nos impide ver el agujero, pero el vacío sigue ahí.
El vacío por otro lado puede no ser tan malo pues esconde la remota posibilidad de que exista algo dentro de nosotros que pueda llenarlo. Si así fuera, podríamos darle un sentido a nuestra terca existencia, a nuestra obstinada convicción de que el estar en el mundo tiene un propósito trascendente.
Lo más seguro es, muy a nuestro pesar, que ese vacío sea lo único cierto, lo único confiable, lo más honesto de nosotros mismos, nuestro verdadero yo. Nuestro yo que así debe, quiere, y va a permanecer.

3 comentarios:

dayanna* dijo...

La felicidad consiste en aprender a amar y disfrutar ese vacío nena, después de un tiempo se convierte en tu mejor amigo y se llena de libertad. Cuesta trabajo al principio, pero cuando se logra es increíble.

Roque dijo...

No. Hay que tapar, ignorar, evitar el vacío... con todo lo que haya a la mano (Incluso un curso de esos que están de moda). ¡Bendita ignorancia!

Ya en serio, estoy muy de acuerdo nena, el primer paso es aceptarlo. Quizá el agujero no esté tan vacío.

B. dijo...

Lo único bueno que se le puede echar al vacío es alcohol... y aún así, se evapora antes de llenarnos.

Claro que el chiste de todo es difrutar el vacío, conocerlo y vivir con él.